No sé si en anteriores entradas he dicho que me parece el dúo humorístico con más ingenio y capacidad de improvisación.
Sobre unos guiones de un cierto nivel cultural, mezclan surrealismo y absurdo aplicado a situaciones cotidianas sin recurrir casi nunca al chiste político facilón ni a la grosería -tacos, los justos-.
La división de roles, aunque sigue el esquema clásico de
"el tonto y el listo", aquí viene matizada por la mayor gestualidad y populismo de uno y la razonabilidad y la intelectualidad del otro.Todo esto entre comillas.
Las tablas conseguidas en sus actuaciones en el parque del Retiro, los bares, el teatro y la televisión les han hecho acoplarse perfectamente al público que tienen delante, sin perder su personalidad.
Me encanta que se lleguen a reir de las ocurrencias del compañero cuando están fuera del guión.
1 comentario:
Sí señor, otros cardenales son posibles: el cardenal para quien se lo trabaja…
Saludos.
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