Como buen ciclotímico, sigo alternando momentos de euforia con los de bajón.
Es muy tópico, pero también es muy grande: qué secundario, qué guionista, qué actor, y, sobre todo, qué gran director.
Olvido imperdonable: ¡y qué actriz…! Humor clorhídrico. Diálogos frescos y situaciones al límite: Lemmon en la litera del tren repleta de mujeres; la seducción de Marylin en el yate porque Tony Curtis tiene “problemas”y la que acabas de poner. En efecto, Nadie es perfecto pero haciendo cine Billy Wilder se aproxima bastante. Saludos y bona nit.
¡Calla, calla, que me he acordado de otro final de Wilder! Ese en el que un alcohólico Jack Lemmon mira un letrero de neón que dice BAR...BAR...BAR. Joer voy a ver si lo encuentro en el yutú
3 comentarios:
Olvido imperdonable: ¡y qué actriz…!
Humor clorhídrico.
Diálogos frescos y situaciones al límite: Lemmon en la litera del tren repleta de mujeres; la seducción de Marylin en el yate porque Tony Curtis tiene “problemas”y la que acabas de poner. En efecto, Nadie es perfecto pero haciendo cine Billy Wilder se aproxima bastante.
Saludos y bona nit.
¡Calla, calla, que me he acordado de otro final de Wilder! Ese en el que un alcohólico Jack Lemmon mira un letrero de neón que dice BAR...BAR...BAR. Joer voy a ver si lo encuentro en el yutú
Y de paso buscaré a James Cagney sacando una Pepsi de una máquina de refrescos al final de "un, dos, tres"
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